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El pastorcito que explotó con una granada que no era granada

Oswaldo Zamora es un alegre niño de once años que gusta de pastorear a sus ovejas.

El martes 19 de julio de 2011, salió al campo con sus obejas. Nunca se imaginó que el ejército mexicano hubiera dejado tirada una granada. Tomó el artefacto y tropezó. Voló por los aires y por ser pobre el ejército no lo quiso ayudar. Su tía gritaba pidiendo que buscaran un helicóptero para trasladar al niño que sangraba, pero claro que no le hicieron caso.

Después de cinco horas de camino por carretera, llegó Oswaldo al Hospital del Niño Poblano, perdió una pierna, un brazo, un testiculo y un dedo. Sigue preguntando cuando le crecerá nuevamente su brazo y su pierna.

El Secretario de Seguridad Pública de Puebla dijo que no podía ser una granada, el ejército investiga, la esposa del Presidente de la República visitó a Oswaldo. El gobernador del Estado de Puebla, Rafael Moreno Valle le dio un cheque de 6 mil pesos, unos 500 dólares, ahora, en 2013, el pastorcito permanece en la ciudad de México en el hospital militar. El gobierno del Estado de Puebla le ha retirado la pensión mensual. Sus padres viven en el área del hospital militar. Le han puesto prótesis en la pierna y mano, pero las heridas no sanan. Su padre trabajaba en Estados Unidos y regresó a México a cuidar a su hijo. Mientras los ex presidentes tienen pensiones millonarias y todos los beneficios, a Oswaldo le espera un futuro de miseria porque pertenece al sector que no existe en México: los pobres, que sólo aparecen en los discursos de los políticos cuando se requiere de su voto para mostrar al mundo que la democracia en México existe.

Fundación Trabajando de Corazón

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lunes, 16 de noviembre de 2009

Llevame a conocer el mar 2010