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miércoles, 11 de junio de 2008

Nuestra mascota: MOLE




Mole nos acompaña en cada uno de nuestros viajes, con su alegría demuestra que las mascotas comprenden nuestros sentimientos e inquietudes.



En el viaje a Acapulco para "Conocer el Mar" brincaba entre las olas porque tenía miedo de ellas. Sin embargo nos siguió en la aventura y pronto pudo nadar y disfrutar de la maravilla del agua rodeando nuestro cuerpo. La gente que había dejado a sus mascotas en casa preguntaba cómo hicimos para llevarlo con nosotros debido a que los hoteles no reciben esta compañía maravillosa.


Pero nosotros nos la ingeniamos y lo tuvimos con nosotros junto con nuestra otra mascota Rufo

Aún de noche, cuando las cosas cambian en el oceáno, Mole aceptó el agua y aprendió que los retos son una oportunidad de crecimiento para todos si es que así lo aceptamos. Pronto disfrutaba tanto como nosotros de nadar en el mar, Rufo se unió a la aventura y gozó también de la calidez del mar regalándonos su alegría.

Nuestros niños los recibieron con el cariño y alegría que las almas limpias tienen. Ellos besaban a todos y buscaban a sus amos para contarles sus aventuras.

Cuando fuimos en el barco Mole nadó hasta la playa. Ha sido un privilegio vivir junto a él y difrutar sus besos.

Es fundamental en la vida de todo ser humano el tener una mascota, el convivir y amar a un cachorro nos lleva a aceptar amor y a darlo. De manera imperceptible nos dejamos querer, así, sencillo, gratuitamente. Cuando te das cuenta, eres otro, el amor te transforma y aceptas que las personas necesitamos amar y ser amados sin más motivo que ser nosotros mismos.

Mole se fue al cielo por la tarde del 11 de junio de 2008. Cuando el sol se va a dormir él también lo hizo, ahora corre entre las nubes y de vez en cuando nos visita en sueños, el consuelo es saber que lo amamos intensamente y que nos llenó en cada momento de la vida.







Siempre estará en nuestro corazón, el sonido de sus pasos se sigue oyendo y pareciera que nos recibe....







MOLE


2007-2008







































































































































1 comentario:

Anónimo dijo...

Nosotros fuimos a Acapulco con Mole. Los niños de escasos recursos convivieron con él y lo cargaron... es una pena que se haya ido. Siempre lo tendremos en el corazón.
Saludos a su amo, comprendemos su dolor.

Orfa Castro